2 de marzo de 2009

Pepe Rubianes


Pues sí, señores y señoras -Se lamenta el afilador- Ayer tuvo la osadía de "dejarnos tirado" un cómico de los de primera clase con palabra casi tan afilada como mis cuchillos. Un hombre sin pelos en la lengua que igual despotricaba contra las inmobiliarias que provocaba crisis políticas a nivel nacional con sus opiniones acerca del país.

Monologuista de pro, durante más de veinte años trabajó sólo y se acomodó en Barcelona, aquella ciudad que lo acogió cuando aún era un chaval recien llegado de Galicia y era especialmente conocido en la escena catalana, autonomía que se recorrió ciudad a ciudad, pueblo a pueblo, al igual que el afilador, para ganarse el sustento.

Era curioso. Durante muchos años mantuvo el mismo espectáculo en el mismo teatro y siempre llenaba, pero llenaba con la misma gente que ya lo había visto en anteriores ocasiones y que volvían a repetir. Hoy a la hora del almuerzo escuchaba: "Pues yo vi el "Rubianes solamente" tres veces" Yo intentaba echar cuentas y no era capaz de hacerlo, quizá tres, como mínimo, creo que cuatro o cinco. Y es que era lo mismo pero era diferente, porque aunque el esquéleto del espectáculo fuese invariable, dicho show se mantenía en todo momento actualizado, metiendo siempre el dedo en aquella llaga que se sabía que más podía sangrar.

Ayer dijeron de ti que viviste "Como le salió de la polla" y realmente fue así. Me lo demostraste personalmente. No sé si me recordarás, una actuación en un pequeño pueblo de la costa y una entrevista en la radio local. Cuando te preguntaron que qué era lo que más te gustaba de tu trabajo respondiste con una contundencia que no he olvidado nunca: "Me gusta que si voy por la calle y digo "Me cago en Dios" la Pepeta y la Marieta se escandalizaran, la madre que lleva al niño a la escuela le tapará los oidos al chaval y cambiará de acera. Sin embargo, si me subo al escenario y digo "Me cago en Dios" la Pepeta y la Marieta se parten el culo y lo mismo la madre del chaval, con lo que hago lo mismo que siempre pero encima me pagan.

Ay Pepe, quien te iba a decir a ti que, aún después de muerto y hasta vete a saber cuando interpretarías tu último papel, que es precisamente ese, el de Dios todo poderoso e invisible, únicamente una voz grabada para un musical.

Sé que muchos no entenderán lo que ahora voy a escribir, pero las tapas de las barras de los bares hoy se han quedado huerfanas. Me gustaría pensar que esta noche, al cerrar la puerta de los locales, los mejillones que ya cantan por soleares, las ensaladillas rusas que sólo de mirarlas producen alucinaciones y se ponen a bailar el kastaschov y los calamares a la romana, deprimidos siempre ellos porque de romanos poco, más bien catalanes, se han montado un sarao como los que solían montarse cada vez que se levantaba el telón y aparecías en escena para decir aquello de "Buenas noches señoras y señores, soy Pepe Rubianes actor galaico catalan".

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