27 de abril de 2009

The boxer



¿Nunca os ha pasado que, de forma vil y rastrera una canción se desliza en vuestro cerebro para quedarse allí sonando una y otra vez durante todo el día sin que haya modo alguno de sacarla de allí?

Esta mañana, yendo a trabajar, la radio acudía una vez más a una de esas canciones que nunca fallan a la hora de conseguir mantener a cierto tipo de audiencia. Se trataba de "The boxer" de Simon and Garfunkel, una vieja composición acerca de un boxeador que recuerda su infancia y que una vez mayor recibe una y otra vez los golpes y los empaques que la vida quiera darle.

Hace un momento, cuando como queriendo exortizarla de mi cerebro he puesto en marcha el milagroso youtube, la canción me ha hecho llegar a un punto de reflexión que nunca pensé que llegase a hacerme llegar.

En estos tiempos que nos ha tocado vivir, los que tenemos un trabajo estable podemos darnos por más que agradecidos. Podrá gustarnos más o menos nuestro trabajo y podremos sentirnos en mayor o menor medida satisfecho con él. Ahí es donde me ha venido a la mente la última estrofa de esta canción. Cada uno tenemos lo nuestro, pero lo que es bien cierto es que si queremos seguir adelante no nos queda otra que seguir el ejemplo del boxeador cuando recibe todos los golpes y grita "Abandono, abandono" pero el boxeador sigue allí de pie, viéndolas venir, soportando lo que le caiga encima.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sigue , aunque no pare los golpes y a menudo los golpes no paran.Abandonado te tenía afilador, como yo un poco abandonada por días...pero siempre vuelvo.

besos

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